¿Imaginas qué cara pondrían tus hijos si les dices que pueden jugar al billar, tenis de mesa, futbolín, air hockey, entre otros muchos pasatiempos, a todas horas, y todo ello sin necesidad de salir de casa? Pues ahora deja de imaginarlo y experiméntalo. Las mesas multijuegos se han convertido en el regalo perfecto para sorprender a tus pequeños en sus cumpleaños, o en Navidad. Gracias a ellas podrás olvidarte de la incertidumbre de si les gustará tu sorpresa, y tan solo tendrás que prepararte para disfrutar de verlos disfrutar.
Siempre que nos disponemos a comprar un regalo para nuestros hijos o sobrinos lo hacemos con la máxima ilusión, y con la única preocupación de conseguir convencerlos, pero todos sabemos que esto último no es una tarea sencilla. Las mesas multijuegos, una estructura de madera que se adapta a los gustos de todo tipo de niños, te aseguran no tener que volver a vivir esa sensación de que tu sorpresa no cumple las expectativas que te habías propuesto.
Existen distintos modelos: algunos permiten disfrutar de 2 juegos distintos, otros de 3, 4 e incluso hay otras de enorme versatilidad adaptándose a un total de 7. Esta gran polivalencia ha dado lugar a que se hayan convertido en un regalo ideal adaptado a todos los gustos y apetencias de cualquier momento. Son perfectas tanto para aquellas familias que se componen de más de un chiquillo, pudiendo competir entre ellos durante largas horas y sin tener que salir de casa, como en las que solo existe un niño ofreciendo la facilidad de que pueda jugar con sus amigos o padres.
Están diseñadas poniendo el foco de atención en la seguridad total mediante su uso. Los soportes de la mesa son muy estables, las varillas del futbolín telescópicas, y la resistencia de los materiales aseguran convertirse en un objeto de enorme duración.
Ten en cuenta que, generalmente, estarán formados por 215 cm de largo, y 120 cm de ancho, aproximadamente. Para que te hagas una idea suele ser lo que ocupa un escritorio infantil, por lo tanto, y en función de tu espacio podrás colocarlo en la propia habitación del niño, en la zona de juego de la casa, buhardilla, o incluso en el salón principal de tu hogar. Valora el hecho de estar jugando junto a él a la vez que puedes disfrutar de la compañía del resto de la familia.
Es más, algunas disponen de la capacidad de convertirse en una mesa convencional, sobre la que comer o tomar la merienda. Es decir, que tu hijo podrá realizar la tarea escolar sobre ella, y estará deseando terminarla para convertirla en una mesa de ping pong, dados, o en un futbolín. Su principal preocupación será decantarse por qué juego comenzar. Se acabaron las tardes aburridas, los fines de semana lluviosos sin planes, las repetitivas celebraciones de cumpleaños, y las comidas familiares sin distracciones para los pequeños. Y ¡atención! Los juegos que ofrecen estas mesas les permitirán hacer deporte en casa y potenciar los reflejos, la agilidad y la puntería.